Jimmy tenía un pez fiel como un perro, mimosa como un gato y amante como una esposa. El autor hace que el pez nos sonría y nos adentremos fascinados con éste en el relato., sonriendo con él y bailando con el narrador, en el camino de vuelta al mar... Sin que nos demos cuenta, el pez se cuela en nuestros corazones, y no alcanzamos a discernir si es el pez quien sonríe o el autor.
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