MARIE THARP (1920-2006)
CREÓ EL PRIMER MAPA DEL FONDO DEL OCÉANO,
QUE
MÁS ADELANTE PERMITIÓ DESCUBRIR LAS PLACAS TÉCTONICAS
Nació en Michigan en 1920, En
1977, junto al geólogo Bruce Heezen y en colaboración con el pintor paisajista
Heinrich Berann, creó el primer mapa científico del suelo oceánico.
Tharp, hija de un topógrafo del
Departamento de Agricultura de EE.UU, estaba familiarizada desde niña con la
cartografía, había estudiado geología y matemáticas y su oportunidad le llegó
en 1943, cuando ante la necesidad de ocupar determinados puestos que habían
dejado libres los hombres al ir a la guerra, el departamento de geología de la
Universidad de Michigan abrió sus puertas a las mujeres. En 1948 se unió al
grupo de Maurice Ewing en la Universidad de Columbia como asistente de
investigación, casi al mismo tiempo otro geólogo, Bruce C. Heezen, y juntos
comenzaron a elaborar el mapa topográfico de los fondos oceánicos.
Uniendo lecturas de sonar y
medidas de profundidad Tharp comenzó a trazar los mapas y al ensamblarlos
advirtió una profunda brecha que atravesaba la cordillera (dorsal) mesoceánica
del fondo del Atlántico Norte. Para ella, este valle de fractura (rift axial)
era la grieta de separación entre Norteamérica y Europa y avalaba la teoría de
la deriva continental de Wegener. Para empezar, Tharp se encontró con que su
colega de investigación no la creía , él defendía la hipótesis de la tierra en
expansión, y calificó su descubrimiento como 'ocurrencia de muchacha'; en esta
época que una mujer rectificara a un hombre no estaba bien visto y nadie se
atrevió a apoyarla en una idea por aquel entonces revolucionaria. El
desencuentro duró más de un año , finalmente, Heezen tuvo que rendirse a la
evidencia porque comenzaron a aparecer más datos que relacionaban las dorsales
oceánicas con los terremotos y las erupciones volcánicas.
En 1957 la publicación del primer
mapa del fondo del océano Atlántico Norte fue una revolución, pero las
contribuciones de Tharp quedaron bastante silenciadas, de hecho hasta la muerte
de Heezen, en 1977, trabajó sin recibir el reconocimiento científico merecido
como autora o coautora de las investigaciones publicadas. En la década de los
90 su figura comenzó a ser apreciada y recibió distinciones como la mención
honorífica de la Biblioteca del Congreso de EEUU por sus importantes
contribuciones al campo de la cartografía de los fondos oceánicos.
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