viernes, 2 de octubre de 2020

MUERE QUINO EL PAPÁ DE MAFALDA

QUINO, EL PAPÁ DE MAFALDA


"¡Paren el mundo que me quiero bajar!", "Algunos me aman por ser como soy, otros me odian por la misma razón, pero yo vine a esta vida a tratar de ser feliz ¡No a complacer a nadie!", "Como siempre: lo urgente no deja tiempo para lo importante", "Como siempre, apenas uno pone los pies en la tierra, se acaba la diversión", etcétera, etcétera. Estas son sólo una muestra de la inagotable cantera de frases geniales que Mafalda nos ha dejado para la posteridad. ¡Ojo!,  no sólo las frases de Mafalda son así de buenas, tenemos de Manolito, Miguelito, Susana y Felipe, los inseparables amigos de la entrañable niña argentina, que no le van a la zaga: "Y todos esos intereses que me estoy perdiendo de ganar sobre los millones que no tengo ahora, ¿Quién me los va a dar?", "Soy una gran convencida de que la gran mayoría de la gente que es pobre no lo hace por maldad", "Hay que ver la oratoria que tiene la zapatilla de mi mamá" y otras muchas que podéis disfrutar en el diario "El Mundo" del 30 de septiembre. Aunque nosotros sin duda nos quedamos con esta maravilla de Felipe: "¿No sería más hermoso el mundo si las bibliotecas fueran más importantes que los bancos?". Ahí lo dejamos para el debate.

El pasado 30 de septiembre fue un día de luto para todo el mundo de la cultura, sobre todo para los que compartimos el idioma castellano. Joaquín Salvador Lavado Tejón mundialmente conocido como "Quino" nos ha dejado a la edad de 88 años a causa de un accidente cerebrovascular, tras una fructífera y exitosa carrera dedicada al humor gráfico y a las historietas. Todos sus personajes permanecerán en el inconsciente colectivo grabados a risa y fuego por su naturalidad, su originalidad, su ternura y en algunos casos su rudeza. Este hijo de emigrantes españoles andaluces, naturales de Fuengirola, Málaga, nacido en Mendoza, Argentina, fue capaz de crear un mundo nuevo diseñado teniendo en cuenta las certezas y las incertidumbres de una niña argentina nacida en los convulsos años sesenta del siglo pasado, ciertamente, con un humor crítico y mordaz.  Su obra, ha sido traducida a inglés, francés, alemán, coreano, italiano, chino, turco, japonés, finlandés, hebreo, noruego, y hasta guaraní, idioma de uno de los pueblos originarios que aún habitan fundamentalmente en el noroeste de Argentina. En definitiva, uno de los autores más traducido en castellano.

Lógicamente, Mafalda es su personaje culmen, su creación más perfecta y nació allá por 1962. Es una niña de clase media argentina, clase media por la que Mafalda suele preguntar para encontrar su definición, por la que se preocupa al igual que le ocurre por los pobres, por lo "lumpen", ante la creciente aporofobia. Esa clase media cada vez menos "media" y menos numerosa que habita en una especie de limbo entre lo obrero por un lado y lo burgués de familia bien por otro. 

Mafalda es ese tipo de niña o niño que amas u odias. Sabionda, preguntona, hasta impertinente, pero a la vez concienciada, reivindicativa, utópica, pesimista, casi nihilista podríamos decir, todo ello bien mezclado. Y es en esa aleación donde reside su verdadero encanto. Quino no tuvo hijos. De este modo, podemos decir sin lugar a dudas, al igual que toda la prensa mundial lo está recordando estos días, el hecho de que sus personajes y sobre todo Mafalda son su verdadera prole que vivirá eternamente. Ayer 1 de octubre, Margarita Lázaro escribía en Msn Noticias una noticia que incluía una acertadísima reflexión de Peridis sobre Quino y su obra: "El truco de Quino fue utilizar a unos niños para expresar grandes preguntas universales, formuladas con mucho humor, ternura y picardía”. Poco más que decir señor Peridis.

Desde la Biblioteca Pública "Ana de Castro" de Valdepeñas, nos sumamos, por supuesto, al sentido homenaje que estos días se está rindiendo al genio mendocino por todo el orbe.

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